28 de abril de 2024

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La crisis de la agricultura familiar en el interior chaqueño – Diario Norte

«Es feo ver un campo menos habitado», dicen productores. Alarma la escasez hídrica y advierten que se «mal venden animales».
SÁENZ PEÑA (agencia). Los pronósticos que auguraban lluvias para la zona agropecuaria de la provincia pasaron dejando apenas unas pocas gotas en forma de llovizna «y la verdad es que la situación es alarmante», especialmente en el rango de los productores de la agricultura familiar.

La sequía y la crisis económica provocan que cada vez menos productores vivan en los campos.


Los registros de los pluviómetros en los inicios de la primavera ilusionaron a los productores con la posibilidad de que la extensa sequía llegará a su fin. Las lluvias no fueron más que esas y «luego vinieron días fríos, otros de calor intenso, mucho viento y nada más de agua».

En el departamento Independencia, chacareros que pertenecen al Consorcio de Servicios Rurales 100, por las condiciones climáticas que se atraviesan tienen registro de animales muertos: gallinas, pollos parrilleros, porcinos «y también chivitos que ante las jornadas de extremas temperaturas se amontonan porque no sabe el animal qué hacer ante tan elevadas térmicas».

La realidad es que se está transitando un cuarto año consecutivo de sequía lo que implica que las napas estén cada día más bajas, las represas sin recarga y no se disponga de agua. En algunos casos la opción para mitigar el drama es el traslado de agua que puedan realizar los municipios, «siendo especialmente la ganadería la que no soporta ya sin líquido ni alimento».

Las familias de la agricultura familiar mencionan que «se mal venden animales que están con un estado corporal deteriorado para comprar un poco de agua». «La verdad que es una situación muy grave que tiene además como adicional el problema político de un gobierno que se va y pocas respuestas brinda y otro que recién asumirá responsabilidades en diciembre, mientras que en el medio estamos nosotros», acotan los productores nucleados en los consorcios de servicios rurales.

En el caso del consorcio El Arraigo, los conductores mencionan que se habían comprado y repartido semillas de zapallo y ramas de mandioca, «quedando en las chacras entre un quince o veinte por ciento y el resto se secó».

DESESPERANTE INCERTIDUMBRE

Los actores de la agricultura familiar vienen «advirtiendo desde hace un tiempo que, por como vienen las cosas con sequía y crisis económica, se perderían productores». «Es feo ver un campo menos habitado, pero al productor que vive en su chacra se le hace todo cuesta arriba pagando energía cara cuando no se tiene para comprar los alimentos, cuando se secó lo que sembraste», es la cruda afirmación de los chacareros consultados por NORTE.


«Es una obviedad de que con tantas condiciones adversas muchos busquen irse porque ya es el cuarto año de una sequía extraordinaria y con temperaturas históricas, entonces se hace muy difícil para el productor familiar seguir resistiendo en el campo», enfatizan.

El «aguante» viviendo en el campo cuesta cada vez más ante tanta incertidumbre climática y de política de Estado para el sector de agropecuario. Los productores consultados coinciden en que «son dos las cuestiones que se juntan: una es la sequía que los castiga cuando ya están descapitalizados y endeudados, siendo la otra la inflación que les fue consumiendo toda posibilidad de ahorro».

TODO EN CONTRA

«El productor está trabajando a pérdida todo el tiempo por eso estamos pidiendo una reunión urgente con el gobernador electo para que no lleguemos al 10 de diciembre y tengamos que seguir esperando por definiciones», señalan desde el consorcio de servicios rurales N° 100. «La idea ya es no mirar mucho más para atrás y ver de qué manera le empezamos a dar solución al productor, porque cada día se va más gente del campo», enfatizan los productores de la zona de Avia Terai.

«La familia rural se va desmembrando, pero al campo de pequeña y mediana escala es difícil manejarlo viviendo en el pueblo o la ciudad por la inseguridad y porque si se tienen animales se los debe atender constantemente, especialmente en este período de seca», refieren. «Si no estamos en el campo es imposible que sigamos en la actividad porque no tenemos la capacidad de contar con empleados y mantenernos con cultivos extensivos no funciona en estos tiempos para campos chicos», explican.

COSECHAR AGUA

En un Chaco que tiene períodos secos constantes, como así también meses de exceso hídrico, los chacareros le habían planteado a la actual gestión de gobierno «utilizar la maquinaria de Vialidad Provincial en los momentos de sequía para construir reservorios y planificar la cosecha de agua».

«En el caso de los productores hortícolas como los que hacen principalmente ganado menor, que son los que abastecen los pueblos, el agua no puede faltar, como tampoco puede faltarles la reserva de comida para los animales para el invierno», indican desde la agricultura familiar.

En algunos casos los consorcios en los últimos años proveyeron a sus socios de semillas de alfalfa, «pero fueron tan malos los últimos períodos que no queda casi nada de esos sembrados».

«La idea es que al pequeño productor no se le mueran los animales de hambre y de sed en el invierno o la primavera, por eso es que más allá de lo que pasó hacia atrás, el objetivo es tener una reunión con quienes van a gobernar estos próximos cuatro años y no seguir esperando y volviendo a planificar», insisten desde el consorcio El Arraigo.

HERRAMIENTAS PARA EVITAR EL ASISTENCIALISMO

El padecer del productor, especialmente del pequeño o mediano, «es de todos los años», necesitando las mismas herramientas: aguadas, acceso a la tecnología, pasturas, para no seguir pidiendo asistencia. La asistencia ante las emergencias «son parches que se aplican en un lado pero al poco tiempo vuelve a surgir el problema o aparece en otro lado».

«Esa política no sirve porque debería existir una planificación a largo plazo, dotar de infraestructura, que trabajar con los pocos productores que están quedando en la zona rural», dicen los mismos agricultores que siguen «aguantando» en el campo.

«La agricultura familiar son todos los productores de baja y media escala que están viviendo en el campo, que son los que todavía se quedan en el campo y la pelean en el campo», reafirman. «El tiempo pasa y se nos están yendo productores», señalan finalmente con pesimismo.

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