Pompeo diálogo con Netanyahu y Gantz, los dos principales socios de la coalición de gobierno israelí
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se reunió hoy en Jerusalén con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y lo felicitó personalmente por el acuerdo suscrito a principios de mes con Emiratos Árabes Unidos (EAU), a la vez que instó a otros países de la región a seguir esta misma línea y reconocer a Israel.
Pompeo habló junto a Netanyahu en la primera parada en una gira de cinco días por varios países de la región.
«Tengo la esperanza de ver a otras naciones árabes unirse a esto», dijo en relación con el acuerdo del 13 de este mes, en el que Israel y los EAU establecieron relaciones diplomáticas, informó la agencia de noticias Europa Press.
«La oportunidad para ellos de reconocer el estado de Israel y trabajar junto a ellos no solo aumentará la estabilidad de Oriente Medio, sino que también mejorará las vidas de la gente de sus propios países», agregó.
Pompeo se reunió más tarde con el ministro de Defensa, Benny Gantz, así como con el ministro de Relaciones Exteriores, Gabi Ashkenazi.
Estados Unidos e Israel esperan que el estado judío pronto pueda normalizar los lazos con otros países de la región, incluidos varios que comparten su profunda animosidad con Irán.
En los próximo días, Pompeo se reunirá con el príncipe heredero de Bahrein, Salman bin Hamad Al-Khalifa, antes de encontrarse con el ministro de Relaciones Exteriores de los EAU, Abdullah bin Zayed Al-Nahyan, para discutir el acuerdo con Israel, informó la agencia de noticias Al Jazeera.
Se espera que Jared Kushner, asesor principal y yerno del presidente Donald Trump, lo siga a muchos de estos destinos.
Asimismo, el Departamento de Estado afirmó que Pompeo se reunirá con el primer ministro de Sudán, Abdalla Hamdok, para «expresar su apoyo a la profundización de la relación Sudán-Israel».
Sudán está ansioso por ser eliminado de la lista estadounidense de patrocinadores estatales del terrorismo y normalizar los lazos con Israel sería un paso hacia ese objetivo.
Las autoridades estadounidenses agregaron que existe la posibilidad de hacer escalas en Omán y Qatar.
En virtud de ese acuerdo patrocinado por Estados Unidos, Israel paralizó la anexión de zonas de Cisjordania ocupada, que los palestinos buscan como parte de su futuro estado.
Se trata del tercer acuerdo de este tipo que Israel alcanzó con un país árabe, después de Egipto y Jordania.
Sin embargo, el acuerdo fue denunciado por los palestinos como una «traición» a su causa.
Los dos nuevos socios afirmaron desde entonces que quieren promover el comercio, especialmente la venta de petróleo emiratí a Israel y de tecnología israelí a los EAU, así como impulsar el turismo mediante el establecimiento de enlaces aéreos directos.
La clave de ese plan sería persuadir a Arabia Saudita para que abra su espacio aéreo a las aerolíneas comerciales israelíes, informó la televisora CNN.
Sin embargo, Arabia Saudita, de acuerdo con décadas de política de la mayoría de los estados árabes, afirmó que no seguirá el ejemplo de los EAU hasta que Israel haya firmado un acuerdo de paz con Palestina.
El mundo árabe sostuvo durante mucho tiempo que un arreglo del prolongado conflicto palestino-israelí es un requisito previo para una paz global árabe-israelí.
Este acuerdo le otorgó una victoria clave en política exterior al presidente estadounidense, Donald Trump, en su búsqueda de la reelección en los comicios del 3 de noviembre, y reflejó un Medio Oriente cambiante en el que las preocupaciones compartidas sobre Irán superaron en gran medida el apoyo árabe tradicional a los palestinos.
Al respecto, tanto Pompeo como Netanyahu criticaron la falta de apoyo internacional a la demanda de Estados Unidos de restablecer las sanciones de la ONU contra Irán.
Después de no extender un embargo de armas a Irán, la administración Trump estuvo presionando al Consejo de Seguridad para que se impongan sanciones a la República persa, por lo que Washington argumenta que se trata de la violación de Irán del acuerdo nuclear firmado en 2015 por potencias mundiales y la administración de Barack Obama y del que en 2018 fue abandonado unilateralmente por la gestión de Trump.
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