28 de abril de 2024

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El Gobierno pidió la intervención del Ejército ante una ola de protestas violentas

El primer ministro Morawiecki condenó los "actos de barbarie, vandalismo y agresiones" registrados en las protestas

El primer ministro Morawiecki condenó los «actos de barbarie, vandalismo y agresiones» registrados en las protestas


El Gobierno de Polonia pidió este martes la intervención del Ejército y anunció que responderá con energía a «actos de barbarie, vandalismo y agresiones», en el sexto día consecutivo de protestas multitudinarias iniciadas en rechazo a la virtual ilegalización del aborto y luego extendidas a la gestión de las autoridades, informó la prensa internacional.

«Lo que está ocurriendo en el espacio público, los actos de agresión, vandalismo, ataques contra iglesias, son inaceptables», afirmó el primer ministro, Mateusz Morawiecki, en conferencia de prensa. El funcionario advirtió que el gobierno -que hoy publicó en el boletín oficial una decisión en la que pide ayuda al Ejército para mantener el orden- «examina todas las situaciones con gran cuidado».

Morawiecki condenó los «actos de barbarie, vandalismo y agresiones» registrados en las protestas y admitió que temía que se produjera «una escalada de la tensión social», según las agencias de noticias ANSA y Europa Press.

En tanto, el vice primer ministro y líder del ultraconservador Partido Ley y Justicia (PIS) gobernante, Jaroslaw Kaczynski, llamó a sus simpatizantes a «defender las iglesias, atacadas por primera vez en la historia de Polonia».

«Llegó el tiempo en el que debemos saber decir no a quien quiere destruirnos; defendamos a Polonia», exhortó Kaczynski.

Desde el jueves pasado, decenas de miles de polacos salieron a las calles de las principales ciudades del país a protestar, en principio contra un reciente fallo del Tribunal Constitucional que declaró ilegal la interrupción voluntaria del embarazo debida a malformaciones fetales graves, y luego también contra el gobierno.

Las marchas incluyeron la irrupción de grupos de jóvenes en templos católicos y la interrupción de oficios, en protesta por lo que consideran un fuerte vínculo entre la Iglesia y el sector gobernante.

La tensión a ambos lados quedó de manifiesto en las pancartas con la leyenda «Estamos en guerra» que varias personas exhibieron hoy frente al parlamento, en Varsovia, y en el grito –»Estén lejos de mi catedral»– del obispo de Kielce, Jan Piotrowski, a manifestantes.

Por otra parte, en Poznan, donde tiene su oficina el presidente de la Conferencia Episcopal, Santislaw Gadecki, la policía intervino para desalojar a manifestantes de la catedral.

Las malformaciones fetales constituyen la primera causa de interrupción de embarazos en Polonia, por lo que el fallo fue interpretado como una virtual ilegalización del aborto, y muchos hospitales ya comenzaron a rechazar a pacientes que recurren a ellos por ese motivo.

La activista Marta Lempart afirmó que, según encuestas recientes, 69% de los polacos está a favor del derecho al aborto.

Las manifestaciones tuvieron lugar en el contexto de un azote creciente del coronavirus que hoy provocó el récord de 16.300 contagios y 130 muertes en las últimas 24 horas, por lo que el país está en «zona roja» y con un límite de cinco personas a las reuniones.

De hecho, el presidente Andrzej Duda está aislado luego de haber dado positivo en una prueba de Covid-19.

Pese a ello, ayer se manifestaron cerca de 250.000 personas en Varsovia y de 60.000 en Breslavia, según ANSA, y hoy volvió a haber protestas en decenas de ciudades.