La persona que ejecutó a Ariel Rubén Darío González fue el dueño de la distribuidora «Don Otto», de La Plata, que se defendió cuando el muchacho entró a robar con un cómplice. En el marco de la causa judicial abierta por el episodio, el padre del ladrón afirmó a la fiscalía: «Deseaba que cumpla 18 años para que fuera preso y no salga más«.
Esta semana se dio a conocer el informe de la autopsia en la que se confirmó que el adolescente murió por un “shock hipovolémico, secundario a lesión pulmonar, cardíaca y de los grandes vasos, producidas por herida de proyectil de arma de fuego”.
Por el momento se sabe que el fiscal Álvaro Garganta, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 11 de La Plata, ya tiene resuelto el caso pero continúa la investigación para detener al cómplice del adolescente.
El fiscal consideró que el dueño de la distribuidora ubicada en calle 520 entre 11 y 12 actuó en legítima defensa porque González y su cómplice «no estaban en fuga y el peligro no había cesado». Por este motivo no quedará detenido.
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